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Discurso en la Universidad del Pacífico— Canadá y Perú-colaboran a través del Pacífico
Lima, Perú, Lunes 3 de Diciembre de 2012
DISCURSO SUJETO A CAMBIOS
Quiero agradecerles la invitación a esta institución peruana para hablar de la relación entre nuestros dos países, que definirá nuestro éxito en el siglo 21.
Este hermoso país tiene un rico patrimonio cultural, que estoy encantado de poder descubrir. Mi visita hasta ahora me ha dado la oportunidad de presenciar cómo los peruanos se dedican a la construcción de un mundo mejor. Además, he visto cómo nuestros dos pueblos están trabajando juntos.
Aquí en el Perú, veo grandes oportunidades para una mayor colaboración, para unirnos por una causa común, por el crecimiento. Cuando miro a Canadá y Perú, veo diferencias de idioma y cultura. Pero, también veo nuestras similitudes, así como las oportunidades que compartimos.
Uno de ellas es la oportunidad que surge del hecho de que ambos países comparten la costa del Océano Pacífico.
Como naciones del Pacífico, y como socios en las Américas, tenemos una relación sólida, que se ve reforzada por valores compartidos y vínculos a través de las instituciones y, especialmente, a través de las personas.
De hecho, son los vínculos entre las personas lo que definen la relación entre nuestros dos países. A través de las personas, somos capaces de aumentar el comercio, fortalecer la educación y apoyar la innovación.
Y podemos hacerlo a través de lo que llamo la diplomacia del conocimiento.
Permítanme explicar. La diplomacia del conocimiento se refiere al intercambio de ideas, no sólo a nivel gubernamental sino también a nivel institucional y a nivel personal. De esta manera, nos aseguramos que nos entendemos mejor y que respetamos las necesidades del otro, y que, por lo tanto, podemos ayudarnos mutuamente a crecer.
Tomemos, por ejemplo, el comercio. Perú representa uno de nuestros mayores socios comerciales de la región. Miles de millones de dólares fluyen anualmente entre nuestros dos países. Esto no es sorprendente, dado que tenemos muchos ejemplos de beneficio mutuo en conocimiento, tecnología, productos y servicios requeridos por nuestros dos pueblos. Otra razón son las miles de oportunidades de inversión que se pueden encontrar aquí y en Canadá. Con tantas posibilidades de éxito, no es de extrañar que nuestra relación siga creciendo.
Y, sin embargo, debemos estar siempre vigilantes de que este crecimiento realmente beneficie y sirva al pueblo y a nuestras comunidades, y tenemos que ser conscientes de nuestro impacto en el medio ambiente. La responsabilidad social corporativa y gubernamental son de suma importancia para el crecimiento económico sostenido y real. Cuando respetamos los ideales que nos son queridos, cuando valoramos a las personas por encima del lucro, es cuando realmente hemos logrado crear no sólo el éxito, sino también un mundo mejor.
Durante mi estadía en Perú, me he estado reuniendo con líderes empresariales y representantes gubernamentales para hablar de nuestros lazos económicos y de cómo ayudar a nuestros pueblos a beneficiarse de ellas. He adquirido una visión más clara de nuestro comercio y he oído cómo podemos trabajar juntos para lograr resultados aún mejores.
Pero ¿cómo podemos lograr esto? Hay muchas formas de crecimiento del comercio. Nuestros gobiernos están constantemente trabajando en estos lazos, para hacer más fácil el hacer negocios entre nosotros. Pero hay una oportunidad fuera de los canales oficiales para lograr este crecimiento.
La Universidad del Pacífico, con un claro enfoque en la educación empresarial y económica, está a punto de marcar una diferencia con la próxima generación de estudiantes. Desde ya, se enseña y aprende aquí lo que se necesita para hacer negocios en un mundo cada vez más globalizado.
Las fronteras ya no son un impedimento para comunicarse, gracias, en parte, al crecimiento de la Internet. Y como ustedes saben, la comunicación es el primer paso hacia las oportunidades en los negocios.
Pero el éxito de la que hablo no es simplemente el reconocimiento de las perspectivas de negocio, sino también el reconocimiento de que la educación en todos los niveles debe ser una prioridad para nuestra vitalidad económica.
Por ejemplo, durante mi estadía visitaré el Instituto Técnico SENCICO de Perú, en San Borja. Me interesa en ver cómo esta escuela técnica de bajo costo entrena a estudiantes en diversos oficios y cómo funciona en la comunidad.
SENCICO es un gran ejemplo de cómo los peruanos, sin importar su condición social o económica, tienen la oportunidad de obtener una educación sólida y una carrera prometedora.
En resumen, este instituto responde a una necesidad básica. La educación puede conducir a puestos de trabajo-por no hablar de pensamiento crítico que se aplica a todas las áreas de nuestras vidas – lo que puede llevar a la renta discrecional, puede conducir a la prosperidad económica, y lleva a una mayor posibilidad de éxito en la escena mundial.
Es por eso que es tan importante lo que aprendemos y cómo nos relacionamos. Esa es la razón por la que lo que se hace aquí es de vital importancia para el futuro de nuestros dos países.
Podemos ver, pues, cómo el comercio y la educación deben trabajar en conjunto. El éxito en uno asegura una mejor oportunidad de éxito en el otro. Y trabajando juntos, podemos fortalecer a nuestros dos países.
Me encantó enterarme de la variedad de formas en que las instituciones educativas, aquí y en Canadá, ya se han asociado para el bien de los alumnos.
Hacemos esto de varias maneras.
Varias universidades en el Perú, incluyendo ésta, tienen vínculos directos con instituciones de Canadá. Esta es una manera perfecta de animar a los estudiantes a no mirar sólo el nivel local, sino también internacional.
Siempre he dicho que una de las mejores experiencias de aprendizaje que jamás tuve fue viajar al extranjero para estudiar. Estar inmerso en un ambiente desconocido, metido en medio de otras personas de todo el mundo, para estudiar ideas y teorías diferentes a la propia, así es como somos capaces de crecer como personas. Esa es una manera de lograr el éxito en un mundo globalizado.
Hace unos meses, la Embajada de Canadá aquí en Lima recibió a más de una docena de colegios y universidades canadienses, animando a los jóvenes peruanos a considerar viajar al extranjero para una educación internacional. Aplaudo este tipo de iniciativas, porque cuando damos a nuestros jóvenes la oportunidad de experimentar otra sociedad, todos nos beneficiamos.
A su vez, durante mi visita, espero obtener una mejor comprensión del sistema educativo del Perú. Ustedes entienden perfectamente la importancia del aprendizaje, y espero poder animar a más canadienses a viajar a este país para sumergirse en la rica cultura del Perú.
Canadá y Perú también comparten el entendimiento de que una buena educación debe comenzar desde el principio. Entre otras prioridades, la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional se enorgullece de invertir en la educación básica de los niños peruanos en zonas rurales del país.
El éxito de este programa depende de la cooperación entre canadienses y peruanos-el que hayamos logrado tan buenos resultados dice mucho sobre lo maravillosamente que podemos colaborar.
Sin embargo, para colaborar así, para hacer crecer a la educación y al comercio, tenemos que pensar en el futuro, tenemos que ser creativos. Hay que innovar.
En el mundo actual, la innovación es la clave para la prosperidad y la prosperidad es el medio por el que podemos invertir en las cosas que son cruciales para nuestra calidad de vida: educación, salud, infraestructura, investigación científica, medio ambiente, cultura, seguridad.
He visto de cerca cómo la innovación no es un proceso unidireccional en educación e investigación, en la experimentación y en la aplicación práctica. Por el contrario, la innovación ocurre de ida y vuelta en varios puntos a lo largo de esa historia.
También he visto cómo el proceso de innovación es a menudo compartido. En el siglo 21, es cada vez es más raro que una sola persona haga un descubrimiento revolucionario actuando en forma aislada, y lo mismo se aplica a la innovación en el comercio y la educación. La colaboración y el diálogo son algunas de las claves de nuestro éxito.
De hecho, debemos y tenemos que fomentar los intercambios tecnológicos, y necesitamos más apoyo a la investigación y al desarrollo integrado. En otras palabras, tenemos que colaborar en nuestras innovaciones. Esta es la base de todos nuestros otros vínculos.
Ya sea a través CIDA ayudando a la juventud peruana, a través de universidades fomentando el intercambio de estudiantes, o a través de diálogos como el que vamos a tener aquí hoy, tenemos que descubrir formas hasta ahora desconocidas de colaboración.
Tenemos que mirar más allá de las fronteras, pensar de manera diferente, y formar lazos duraderos entre gobiernos, ciertamente, pero también entre ciudadanos. De esta manera, podemos fortalecer todos los otros lazos.
Es la fórmula para un mundo más inteligente, más solidario, y una sociedad más justa.
Esto comienza aquí, con gente que llega a más gente con diplomacia, y el compartir, del conocimiento.
Gracias.
