SPANISH VERSION - Official Welcoming and Change of the White Rose of Peace Ceremony (Guatemala)

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Ceremonia Oficial de Bienvenida y Ceremonia de la Rosa Blanca de la Paz

Ciudad de Guatemala, Guatemala, Jueves, Diciembre 6, 2012

DISCURSO SUJETO A CAMBIOS

Muchas gracias por su cálida bienvenida.  Mi esposa, Sharon, nuestra delegación canadiense y yo estamos complacidos de terminar nuestro viaje a América Latina con una visita a Guatemala.

Déjenme comenzar, sin embargo, por extender mis más sinceras condolencias por las pérdidas que sufrieron los guatemaltecos durante el terremoto acaecido hace un mes.  En nombre de todos los canadienses, deseo a todos aquellos afectados por esta tragedia lo mejor en sus esfuerzos por reconstruir y recuperarse.

Esta es mi primera visita a su hermoso país, y es una que he esperado.  Mi programa a lo largo de los próximos dos días me brindará una oportunidad para hablar con guatemaltecos y guatemaltecas, y alcanzar un mejor entendimiento de nuestra historia, sociedad y cultura—y de sus esperanzas y sueños para el futuro.

Hoy en día Canadá y Guatemala son socios activos en una amplia gama de cuestiones, incluyendo la seguridad alimentaria y la nutrición, la justicia y la seguridad, el comercio y la inversión, la responsabilidad social empresarial y los derechos humanos.  El éxito en cada uno de estos frentes es esencial para alcanzar aquello que los canadienses y los guatemaltecos deseamos en común: sociedades más inteligentes y generosas, y un mundo más justo.

La ceremonia de la rosa blanca en la que me honra participar el día de hoy es un símbolo maravilloso de nuestras metas compartidas de paz, justicia y prosperidad para todos.

Tal y como esta ceremonia diaria nos recuerda, la paz nunca es un logro “de un solo esfuerzo”.  En cambio, la confianza y la seguridad humana se ganan y se renuevan, o se erosionan, cada día.  En mi mente, esto es lo que hace de la ceremonia de la rosa un recordatorio tan poderoso de nuestro deber como seres humanos de trabajar de forma constante por la dignidad de todos los pueblos.

En nombre de todos los canadienses, permítanme congratular a los guatemaltecos por su dedicación de mantener los acuerdos de paz firmados hace 16 años.

Me inspiran sus esfuerzos de reconciliación.  Como quizás sepan, la historia de Canadá incluye capítulos trágicos de malos tratos y división entre los pueblos, y nosotros también estamos avanzando en nuestro propio camino hacia la reconciliación y la recuperación.

Aquellos que se entregan a la tarea de hacer avanzar la seguridad humana saben que no puede haber paz sin justicia y sin libertad del miedo.  En el mundo de hoy en día, yo agregaría, que no puede haber prosperidad sin prosperidad compartida.

Con esto en mente, también deseo elogiar sus esfuerzos por fortalecer la democracia y el estado de derecho en Guatemala.

Por muchos años, canadienses y guatemaltecos han cooperado en una causa común, y hoy tenemos una oportunidad de trabajar juntos como nunca la hemos tenido.  Nuestro mundo se caracteriza por una integración cada vez más profunda que nos permite compartir ideas, aprendizaje y experiencias de maneras nunca antes vistas, lo cual aumenta nuestro potencial de creación de sociedades.

Al hacerlo, busquemos construir sociedades justas, prósperas e incluyentes, en las que la excelencia y la igualdad de oportunidades vayan de la mano.  Como amigos cercanos y socios en las Américas, estoy convencido de que Canadá y Guatemala pueden hacer una fuerte contribución para asegurar un mundo mejor para todos.

En este espíritu de solidaridad, les agradezco nuevamente por darnos la bienvenida en Guatemala.

Muchas gracias.